Buenos días...tardes, ya!!!!
Hace mucho tiempo que no escribo, pero es que para hacerlo necesito estar realmente tranquila y concentrada y últimamente la nube ha estado pululando y he estado muy ocupada intentando mantenerla lo más lejos posible.
No soy supersticiosa ni nada por el estilo, pero si que tengo preferencias como todo el mundo, y mi número preferido siempre ha sido el siete. Pues bien, esta entrada es la número siete de mi blog, y por ser mi número preferido se lo voy a dedicar a mi mejor amiga: Berta.
Berta tiene cuatro patas y una colita; es blanca-canela y "despeluchada" y tiene la cara más tierna y noble que puedes imaginar.
Cuando hace 8 años fui a por ella a la perrera recuerdo que el veterinario le dijo:"anda que no has tenido tú suerte, eh????"...lo que el veterinario no sabía es que la que había tenido más suerte de las dos era yo.
Podría estar horas y horas escribiendo sobre ella porque realmente para mí ha significado un punto y aparte en mi vida. Solo puedo decir una cosa que puede llegar a incomodarme algunas veces, y es que de vez en cuando veo alguna que otra pelusa rodando y mi ropa negra nunca llega a estar impoluta, pero es tan absurdo pensar en eso cuando ella está SIEMPRE a mi lado y NO ME PIDE NADA...
Realmente Berta no es una perra normal; y no es que lo diga yo porque sea su dueña, sino porque es cierto; cualquiera que la conozca lo puede confirmar; parece que el destino sabía que yo necesitaba alguien como ella y la lotería puede tocarte de muchas maneras, y a mí me tocó en forma de perrita.
Mientras escribo reprimo lágrimas porque cuando hablo de ella me emociono tanto, hemos vivido tantas cosas juntas buenas y malas en este nuestro pequeño mundo,que pienso que no tengo forma de agradecerle su incondicional compañía y ejemplar comportamiento, su ternura y confianza y la energía y fuerza que me proporciona en los momentos más difíciles.
Como ya he comentado estas líneas siempre se quedarán cortas y probablemente haya gente que no entienda esta relación, pero sé que hay muchos otros que sí y se emocionarán como yo con estas letras. En realidad me da igual lo que piense la gente, lo que me importa es que cuando reflexiono sobre mi compañera se me hincha el corazón y me siento muy feliz y agradecida por tenerla a mi lado.
Tengo que agradecer a mi madre que un día se empeñara en traer a Blas (gran compañero y fiel amigo peludo) a casa, porque gracias a él mi relación con los animales cambió y gracias a él Berta está ahora tumbada a mi lado.
No sé cómo terminar este escrito porque me gustaría contar tantas cosas sobre ella...quizás iré redactando poco a poco entradas sobre nuestra relación y sobre ella porque realmente es entrañable.
Berta no sabe leer y quizás si se lo digo no se entere de lo que significa para mí, pero yo creo que lo siente y que estoy haciendo de ella una perra feliz y eso me llena de orgullo y satisfacción. Veis? Es algo recíproco y que se retroalimenta aunque siempre pensaré que ella me aporta a mí mucho más de lo que yo le doy a ella.